Paolo va al Mundial. La presencia definitiva del capitán Paolo Guerrero en el Mundial de Rusia ha sido celebrada de costa a costa en el Perú. El regreso del talentoso delantero a la blanquirroja supone una bocanada de fe y motivación extra para unos jugadores que ven en el 9 a su líder dentro y fuera de la cancha.
El liderazgo deportivo esconde valiosas lecciones que pueden ser aplicadas en nuestras empresas. Cuando los investigadores de la Harvard Business School, Anita Elberse y Thomas Dye, quisieron estudiar modelos exitosos de liderazgo analizaron al, por entonces, D.T. del Manchester United, Sir Alex Ferguson. El entrenador escocés consiguió instaurar una cultura de éxitos deportivos en el equipo inglés, reteniendo y atrayendo el mejor talento, cohesionando al grupo y motivando a los jugadores para que dieran lo mejor de sí mismos. ¿Cómo lo logró?
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1. Fijar un objetivo común
Los jugadores necesitan conocer al inicio de la temporada cuál es el objetivo fijado. Mantenerse, ganar el campeonato, luchar por una plaza para las competencias internacionales. Con un objetivo común, los jugadores pueden concentrar todos sus esfuerzos en la meta y no dispersarse por el camino. Los colaboradores también necesitan que el líder señale el objetivo a seguir en la empresa, comunicando con claridad qué espera de cada empleado.
2. Confianza en el grupo
Un líder es aquel que confía en las capacidades de su organización y las alienta. Una gestión efectiva del talento, conociendo qué necesitan los colaboradores y las habilidades que poseen, cohesiona y motiva al grupo. En los peores momentos, cuando nadie creía en la selección, Paolo Guerrero confío en sus posibilidades y alentó al grupo para revertir la situación. Esa confianza en uno mismo fue lo que permitió crecer al equipo y clasificarse.
En una organización es fundamental el empoderamiento colectivo. Hay que trabajar en capacidades de resiliencia y preparar a los colaboradores para afrontar las incertidumbres. Los colaboradores necesitan sentirse importantes porque, en cualquier momento, se les puede necesitar.
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3. Dominar las emociones
El fútbol es un deporte de emociones extremas. Puedes pasar en un minuto del fracaso a la gloria. Los buenos líderes son capaces de entrenar sus emociones y transmitir a sus compañeros la calma necesaria en momentos de incertidumbre o el ímpetu en momentos de relajo.
En una planilla, al igual que en el fútbol, los colaboradores viven situaciones personales que pueden impactar en su desempeño profesional. La labor de un líder es detectar estos estados de ánimo y ofrecer las herramientas necesarias para su control.
4. Pasión por tu trabajo
Los líderes son aquellas personas que permiten que las cosas sucedan. Como señala Nozomi Morgan -en un artículo de la revista en Forbes-, la pasión por los proyectos, la empresa o el equipo son clave para obtener un liderazgo exitoso.
Es importante recordar que el liderazgo no tiene un único estilo. No necesitas mostrar intensidad para demostrar que eres un líder con pasión por tu trabajo. Algunos de los mejores líderes muestran tranquilidad y calma. Encuentra tu estilo para conectar con el mundo que te rodea. Muestra curiosidad e interés, pregunta y escucha. Preocúpate por conocer mejor a tus colaboradores. Esto se traducirá en la pasión: el deseo de servir a otros y trabajar lo mejor que puedas.
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